Luego de recorrer tres de las zonas más vulnerables de Piura (El Chilcal, Ignacio Merino y Los Polvorines), la Mgtr. Farías recomendó evaluar la situación de los sistemas de drenaje.
Por Elena Belletich Ruiz. 23 septiembre, 2015.La investigadora y docente de la Universidad de Piura, Mgtr. Marina Farías, señaló que ante la inminente llegada del periodo lluvioso, las autoridades y la población deberían tener en cuenta y realizar una revisión de los sistemas de evacuación pluvial y tomar las medidas preventivas que hagan falta.
Farías, especialista en diseño de drenaje pluvial urbano y vial, disponibilidad de recursos hídricos y modelación hidrológica de cuencas, recorrió algunas de las zonas críticas de la ciudad de Piura en las que constató que en el sistema de evacuación que va de Ignacio Merino y El Chilcal, hacia Los Polvorines y el sector Sur de Piura, “hay varios tramos de los conductos que están cerrados o inutilizados”.
Señaló que si bien se ha informado que las cámaras de bombeo de las urbanizaciones Ignacio Merino y El Chilcal están operativas, cuando se quiera bombear las aguas de las lluvias habrá problemas porque el tramo final del conducto, en la Calle Japón, está obstruido. Además, dijo, en general la capacidad es pequeña y algunos tramos de la Av. César Vallejo están rotos. “Si en su trayecto, las aguas que vienen de Ignacio Merino encuentran el conducto obstruido o roto, aflorarán hacia la parte más baja de El Chilcal, ingresando por las calles que están cercanas a las avenidas Grau y César Vallejo hacia la parte más baja en el jirón Villar”, alertó.
Conductos obstruidos
La experta lamentó que los buzones de inspección, destinados a la limpieza de los canales de evacuación, sean usados por algunos moradores como depósitos de basura y, en otros casos, se hayan roto las losas de protección del canal, como se observa en la Av. César Vallejo, lo que origina que la tierra y desperdicios obstruyan el libre paso de las aguas.
Farías Zegada expresó que aunque las autoridades han organizado acciones de limpieza y otras medidas preventivas en distintos puntos, se debe asegurar el funcionamiento de los sistemas de drenaje para evitar que estos colapsen cuando sean utilizados.
Indicó además que, en un tramo de la calle Japón, por donde pasa el sistema de drenaje que viene de Ignacio Merino y Av. César Vallejo (Urb. Piura-El Chilcal) los buzones de inspección están llenos de escombros y basura que impiden la observación de la actividad funcional del sistema.
“Actualmente este conducto está inutilizado. No está en capacidad de funcionar, porque las aguas no podrían pasar hacia el dren a tajo abierto que debería recibir su caudal. También está el problema de la laguna Santa Julia que, con las habilitaciones, se ha reducido a una zona pequeña a donde llegaría este dren y que se va a inundar por no tener mucha capacidad; así como la zona mayor de la laguna, aledaña al Parque Kurt Beer, que no está construida.
Los moradores y autoridades de Ignacio Merino y El Chilcal deben buscar hacer factible la salida de las aguas hacia a la calle Japón, por el conducto diseñado y construido con este fin. Es un tema sensible, que debe tener un manejo social, para evitar conflictos entre las poblaciones que pudieran resultar beneficiadas o perjudicadas con las acciones que se realicen”, señaló Farías.
La Vice: una alternativa
La investigadora de la UDEP explicó que una medida que podría adoptarse para prevenir el colapso del mencionado sistema de evacuación sería bombear parte de las aguas de Ignacio Merino a través de la cisterna que se acondiciona en la avenida Vice, y que posee gran capacidad para almacenar el agua que luego se bombearía al río.
“Hacia allí se podría bombear parte del agua captada de la cuenca Ignacio Merino para aliviar y solucionar en gran parte el problema. La obra ya tiene un gran avance; y se ha anunciado que será entregada a tiempo. El problema de este sistema de bombeo serían los sedimentos que vendrían de las calles no pavimentadas como las de la Urb. San Ramón. Es algo que debería contemplarse, y evaluarse si hay algún sistema de atrape de sedimentos, para que por rebose se vierta solo el agua más limpia para evacuarla y el sistema de bombeo no colapse”, anotó la especialista.
Por otra parte, señaló que -a largo plazo- el drenaje de la ciudad, específicamente de los drenes Vallejo y Sullana, podría dejar de ir hacia el sur y reubicarse hacia el río Piura. Para esto, dijo, es necesario que se regulen los niveles en el río, puesto que en épocas de lluvias es más alto que el de las zonas a drenar. “Esto requiere de un programa de mayor envergadura que el drenaje de un asentamiento humano o incluso de la ciudad, porque tiene otros grandes beneficios como la protección del Bajo Piura ante desbordes; la protección de las riberas, deprimir la napa freática de la ciudad, etc., pero se ejecutaría a mediano o largo plazo”, anotó.